Ravioli crujiente de cebolla y ajo reinventado para Raquel

Ravioli crujiente relleno de cebolla asada y ajo confitado, con crema ligera de parmesano

Ingredientes

Asa las cebollas enteras (con piel) y los dientes de ajo envueltos en papel de plata en horno fuerte (200 ºC) unos 40 minutos, hasta que estén muy tiernos y dulces. Deja templar y pela.
Pica la cebolla y el ajo asado, mézclalos con la mitad del parmesano, un poco de pimienta y hierbas frescas. Esta mezcla será tu relleno.
Rellena cada lámina de pasta con una cucharada de la mezcla, cierra bien (como ravioli grande o saquitos) y presiona los bordes. Si usas lámina de wonton, solo tienes que doblar y presionar con un poco de agua.
Empana cada ravioli pasándolo por huevo batido y luego panko, para conseguir un acabado crujiente pero nada pesado.
Fríe los ravioli en aceite bien caliente hasta que estén dorados y crujientes. Saca a papel para quitar el exceso de grasa.
Para la salsa exprés: calienta nata con un poco de parmesano hasta que espese muy ligeramente, salpimenta y sirve en la base del plato, bien caliente pero ligera (nada densa).
Sirve los ravioli crujientes sobre la crema y espolvorea un poco más de hierbas frescas y parmesano.

Puedes saltarte el empanado y cocer los ravioli al vapor para una versión ligera. La crema se puede hacer solo con leche evaporada y parmesano.

Prueba a añadir al relleno un poco de nueces picadas para textura extra.
Si tienes freidora de aire, los ravioli quedan crujientes con menos grasa.
Cambia el queso parmesano por ricotta para un matiz más suave.
Puedes mezclar en el empanado algo de ajo en polvo y hierbas secas.
¿Te atreves? Añade unas tiras muy finas de limón confitado al relleno, potencia el sabor sin cubrirlo.
Utiliza aceite de ajo (simplemente macera ajos en el aceite de oliva) para potenciar aún más el sabor.